¤ Amanecer

Elevó su vista levemente hacia el techo y se mantuvo en silencio durante unos pocos segundos, la puerta atrás de el se abrió y el suelo se vio bañado de un color similar al vino tinto. Espeso como ningún otro líquido, casi había logrado alcanzar la altura de su tendón de aquiles. Se agachó lentamente y observó su reflejo en aquel río intenso de sangre. Colocó la punta de su dedo índice sobre el mismo y lo bañó en este. Se levantó y observó la sangre que caía por su dedo con atención y luego negó con la cabeza. Aún, después de tantos intentos no podía lograrlo, el ADN era muy débil, muy pobre, muy poco eficaz.

- Llámalos y cumple con tu tarea - murmuró desde la oscuridad.

Una criatura no superior al metro setenta afirmó con la cabeza y se retiró de aquel cuarto. Con antiguos manuscritos en sus manos, bajó por las escaleras que llevaban hasta el sótano. Allí, inició el pequeño juego, liberando sobre las calles, la maldad. Los pobres habitantes de Konohagakure no Satô dormían en tranquilidad, pocas personas se encontraban en las calles, prácticamente nadie. Al amanecer, la aldea había sido bendecida por una lluvia que cubrió por completos sus calles, desafortunadamente, no de agua.

¤ Primer capítulo; Señales.



El Sol estaba por salir, aún faltaba unos pocos minutos para que las personas que pertenecían a Konohagakure no Satô se prepararan para comenzar a ejercer sus actividades diarias. El joven Heisuke que había madrugado temprano para poder comenzar con su entrenamiento, caminaba con total tranquilidad por las calles vacías y desiertas de la aldea. En cierto momento, comenzó a caminar más y más lento hasta detenerse. Se agachó y notó un extraño líquido en el suelo. La magnitud del reflejo era tan grande que incluso podía observar su reflejo en este. Acercándose lentamente estiro su mano hacia aquel charco pero su sorpresa fue muy grande. Segundos antes del contacto físico, una mutilada mano salió de la sangre sujetándolo con fuerza de la muñeca. Con su mano libre desenfundó su katana y cortó esta con una gran fuerza que la sangre terminó manchando su rostro. Cuando logró ponerse de pie para salir corriendo, notó que se encontraba en una completa oscuridad. Retrocediendo lentamente, comenzó observar cada rincón esperando que el enemigo saliera de este. Su deseo se hizo realidad a los pocos segundos. Frente a el, una deformidad absoluta salió volando hacia el con la intención de arrancarle el cuello de una mordida.



Al ver tal acción se movió a un lado y llevó su katana con un rápido movimiento hacia la cabeza de la criatura. Segundos antes de impactar, la misma se deshizo en una extraña nube oscura.

- ¿Qué demonios? - se dijo a si mismo mientras retrocedía bastante atento a su entorno. - ¿Qué está pasando aquí?

En un segundo, su cuerpo se vio completamente rodeado por cientos de brazos que provenían y se originaban en la misma oscuridad. Como un buen espadachin sus reflejos se habían desarrollado bastante en los últimos tiempo por lo cual no le costó cortar todas aquellas dificultades que se le iba presentando.

- No puede ser.

Al cortar todos esos brazos, no solo habían vuelto a aparecer en un abrir y cerrar de ojos, sino que también se habían multiplicados. Asustado, comenzó a agitar su katana de un lado al otro cortando la mayor cantidad de brazos posibles para poder escapar con vida pero era inútil. Mientras más los cortaba, más iban saliendo hasta que ya no pudo hacer nada más. Se vio rodeado por completo e inmovilizado siendo incapaz de realizar algún tipo de acción. Atrás de el, una criatura se lanzó hacia el, mordiendolo con fuerza en su cuello. Gritando con todas sus fuerzas, observó que los brazos habían desaparecido pero en cambio, ahora estaba rodeado por completo de esas criaturas. Cada una de ella comenzó a morder, desgarrar e incluso cortar diferentes partes de su cuerpo. Sin brazos, con un gran hueco en su estómago, sin la otra parte de su cuello, cuando el Sol salió, así fue como apareció el cuerpo del chico en el centro de Konohagakure no Satô. La aldea, nuevamente había sido bendecida.

¤ Segundo capítulo; Advertencia.



Tras ese trágico suceso, un grupo de shinobis incluyendo al Hokage se detuvieron frente la torre que se ubicaba en el centro de Konohagakure no Satô. Un hombre alto que llevaba una máscara que cubría su rostro y una larga y oscura túnica sobre su cuerpo. Frente al muerto, llenaba un pequeño informe con total tranquilidad. Cuando terminó, bajó en un abrir y cerrar de ojos el cuerpo, dejándolo al alcance de las personas. Cada presente había observado con sus propios ojos el castigo que había sufrido el joven. Sin gran parte de sus órganos, sin su cuello, sin su brazo y sin sus piernas, una verdadera mutilación. El Hokage mandó a uno de sus hombres a buscar a un cuerpo médico para que se fueran haciendo cargo de la situación para poder recolectar más información al respecto. El único consejo que dio aquel hombre llamado Nihl es que tenían que tener cuidado con sus heridas, las mismas estaban bañadas en un extraño y desconocido veneno. Cuando su figura desapareció, el grupo médico tomo el cuerpo y se lo llevaron para poder examinarlo con más tranquilidad. Ichirama tenía varias preguntas en su mente, pero solo una sobresalía...

¿Qué estaba pasando?.

¤ Tercer capítulo; Luz.



Cuando la noche había caído sobre Konohagakure no Satô un chico se encontraba haciendo una revisión de rutina para poder finalizar su turno e irse a dormir. Cuando terminó de llenar el informe, lo guardó en su túnica y se alegró de que por fin el día había terminado y podía tomarse su merecido descanso. Caminando con calma, Aizen notó algo extraño en el ambiente, una leve sensación de frío recorrió su cuerpo y comenzó a aumentar la velocidad de sus pasos. La luz de los faros iniciaron un leve titileo hasta que la luz. Aizen sospechaba que algo estaba mal e intento correr pero fue inútil. Se vio rodeado en una completa oscuridad que no lo dejaba realizar ningún tipo de movimiento. Por diferentes métodos intentó salir de esta pero era inútil, no solo que no podía sino que algún tipo de criatura allí lo impedía. Manteniendo su vida por un hilo, Aizen apenas lograba defenderse de sus ataques ya que era imposible verlos debido a la inmensa oscuridad, pero incluso en los lugares más negros y oscuros siempre hay una ligera luz. Una especie de bombilla iluminaba vagamente en toda esa oscuridad. Aizen notó que no era una bombilla simple, sino que la misma estaba absorbiendo la oscuridad mientras se iba volviendo cada vez más grande. Un enfrentamiento entre la criatura y el chico, desesperación, temor, esperanza de salir con vida, eran las cosas que se le pasaban por su cabeza en ese momento.

Creyó que una buena forma de escapar era lanzando una bomba de luz cegadora para así aprovechar tal oportunidad y lo hizo. El único problema es que no había logrado huir, sino que había visto como la criatura había retrocedido rápidamente al ver la luz, escondiéndose en la oscuridad. Cuando esta volvió a atacar a gran velocidad, Aizen retiró otra bomba de luz y se la lanzó a su cuerpo generando una explosión que dejó a la criatura en el suelo, siendo quemada por la intensidad. El chico supo que era el momento de huir y decirle a todos los que estaba sucediendo, volteó su cabeza hacia atrás y vio que la deformidad no se encontraba más allí. Se impulsó con ambas piernas y dio un gran salto que le permitió tomar un mayor campo de visión sobre la zona. Al reconocer a la misma, le lanzó con fuerza otra bomba más con la esperanza de que sea la última. La criatura abrió su boca y con sus horripilantes dientes, apretó con fuerza la bomba en su boca, generando una explosión en su interior, acabando con su vida. La oscuridad que rodeaba a Aizen desapareció y este se encontraba en el centro de Konohagakure no Satô y era de día.

No sabía que había pasado, pero tenía que informárselo a las personas.

¤ Cuarto capítulo; Sacrificio.



El turno de Kozaka Hatake había llegado después de todo. Mientras caminaba con calma por los bosques de Konoha, Pakkun sintió un extraño olor. Un hedor asqueroso, repugnante, el olor de la muerte. Cuando Kozake pudo advertir y reconocer dicha presencia, los árboles salieron volando por todos lados mostrando una figura mayor a los dos metros sosteniendo una gran espada. Sin más, la pelea inició entre ambos. Kozaka, por más que lo dañara una y otra vez, la criatura se seguía poniendo de pie como si nada le hubiese hecho daño, a excepción de una cosa, la bomba de luz que le había tirado, terminaron produciendole severas quemadura en todo su cuerpo. Un mensaje había dejado antes de desaparecer.

~ Dos días, bajo la luna completa, un sacrificio. A aquel que pueda llegar a devolver la vida en dos días se le quitará.

Sin más, la luz apareció y Kozaka salió de aquella infernal pesadilla. Había sucedido algo muy extraño y tenía que informárselo al Hokage.

¤Quinto capítulo; Elección.



El Hokage, entró al bosque con la intención de poder ver a una de esas extrañas criaturas de las cuales todos habían estado hablando. Minutos después, había conseguido lo que tanto quería. Atrapado en la oscuridad total, de su cuerpo se fue desprendiendo poco a poco una sombra. La misma, una vez que se había alejado lo suficiente del Hokage, fue tomando su forma. Entre bromas y chistes del Hokage, la deformidad fue bastante directo.

~ ¿Qué harás Hokage?, solo posees dos días, dos opciones y dos personas. ¿Serás capaz de sacrificar a toda una aldea para mantener a salvo a una sola persona? ¿O serás lo suficientemente cruel para abandonar a un miembro de tu aldea a su suerte?.

Por fin el Hokage se había puesto serio y preocupado dentro de todo. Su rostro no demostraba otra expresión que no fuese preocupación, estaba analizando toda la situación y buscaba algún tipo de respuesta. Cuando intentó preguntarle su nombre, el había desaparecido al igual que la oscuridad. Elevó su vista hacia el cielo y notó que era de día.